En algún punto de la historia reciente, Andrés Manuel López Obrador decidió que era buena idea echarse encima una cruz del tamaño de la Pirámide del Sol y poner como pilares de su movimiento el célebre “no mentir, no robar, no traicionar”. Le agregó la austeridad republicana, la justa medianía y 99% de honestidad. Esta semana, como si el universo político quisiera burlarse del expresidente recién reincorporado a la vida pública, aparecieron evidencias que demuestran que la guía moral del tabasqueño se ha estrellado contra el muro de la realidad, porque los morenistas y sus aliados han decidido que esos mandamientos sean sólo sugerencias de comportamiento. Sólo por citar los ejemplos más recientes, está el caso de Alex Tonatiuh Márquez Hernández, bautizado en los bajos mundos políticos como Lord Relojes por su envidiable colección de relojes valuada en más de 7 millones de pesos. El funcionario, que se desempeña como director general de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional Aduanas y cuyo trabajo consiste precisamente en perseguir ilícitos e irregularidades, también adquirió un penthouse en Polanco pagando apenas un tercio de su valor comercial, porque eso sí, hay que decirlo, los integrantes del partido en el poder son unos suertudos, cuando no reciben herencias millonarias, logran unos acuerdos de locura o se vuelven exitosos y millonarios en cada negocio que arman, así sea un puesto de tacos. Aunque en México (¡sorpresa, sorpresa!) no hay ninguna investigación en su contra, el gobierno de Estados Unidos ya le canceló la visa. Por otro lado, la austeridad es un platillo difícil de digerir para ciertos paladares que ya se acostumbraron a la gastronomía gourmet. Está, por citar un par de casos, el diputado Pedro Haces Barba a quien le queda como anillo al dedo la frase de: “muerto antes que sencillo”. También destacan el siempre polémico Gerardo Fernández Noroña que dejó atrás su modesta vecindad en el Centro Histórico de la CDMX y hoy se da vida de millonario. Los herederos del propio López Obrador, quienes no comparten el gusto de su padre por las guayaberas, son otros que desconocen lo que es la frugalidad. Afortunadamente para los morenistas y sus aliados, en el manual del tabasqueño no aparece ninguna cláusula sobre pasarse de copas. De lo contrario, el diputado federal del PT, Wblester Santiago Pineda, estaría en serios problemas. El legislador, a quien nadie conocía por su trabajo parlamentario, hoy finalmente tiene los reflectores cuando fue captado en estado inconveniente en una plaza comercial de Metepec, gritando “¡Soy el diputado de aquí! mientras agredía a guardias de seguridad y destrozaba bienes ajenos por más de 300 mil pesos. En el mismo ambiente festivo navegó la senadora morenista Simey Olvera, quien supuestamente llegó al salón de sesiones con más entusiasmo que equilibrio. La legisladora tuvo visibles complicaciones para conducir parte de la votación para dispensar trámites. Su caso ilustra perfectamente que la sobriedad, tanto la que se pierde con las copas, como la que exige moderación y mesura, es un concepto desterrado en el Congreso. En el manual del exmandatario tampoco se habló nunca de excesos, como jugar pádel en horarios laborales o ver partidos de futbol en medio de una sesión. Tal vez por eso Cuauhtémoc Blanco o Adán Augusto López les tiene sin cuidado el qué dirán. Al final del día, los mandamientos del tabasqueño resultaron ser como las instrucciones de los muebles que se compran por línea, todos aseguran haberlas leído, nadie las sigue al pie de la letra y el resultado siempre termina mal.   Columnista: Vianey EsquincaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0En algún punto de la historia reciente, Andrés Manuel López Obrador decidió que era buena idea echarse encima una cruz del tamaño de la Pirámide del Sol y poner como pilares de su movimiento el célebre “no mentir, no robar, no traicionar”. Le agregó la austeridad republicana, la justa medianía y 99% de honestidad. Esta semana, como si el universo político quisiera burlarse del expresidente recién reincorporado a la vida pública, aparecieron evidencias que demuestran que la guía moral del tabasqueño se ha estrellado contra el muro de la realidad, porque los morenistas y sus aliados han decidido que esos mandamientos sean sólo sugerencias de comportamiento. Sólo por citar los ejemplos más recientes, está el caso de Alex Tonatiuh Márquez Hernández, bautizado en los bajos mundos políticos como Lord Relojes por su envidiable colección de relojes valuada en más de 7 millones de pesos. El funcionario, que se desempeña como director general de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional Aduanas y cuyo trabajo consiste precisamente en perseguir ilícitos e irregularidades, también adquirió un penthouse en Polanco pagando apenas un tercio de su valor comercial, porque eso sí, hay que decirlo, los integrantes del partido en el poder son unos suertudos, cuando no reciben herencias millonarias, logran unos acuerdos de locura o se vuelven exitosos y millonarios en cada negocio que arman, así sea un puesto de tacos. Aunque en México (¡sorpresa, sorpresa!) no hay ninguna investigación en su contra, el gobierno de Estados Unidos ya le canceló la visa. Por otro lado, la austeridad es un platillo difícil de digerir para ciertos paladares que ya se acostumbraron a la gastronomía gourmet. Está, por citar un par de casos, el diputado Pedro Haces Barba a quien le queda como anillo al dedo la frase de: “muerto antes que sencillo”. También destacan el siempre polémico Gerardo Fernández Noroña que dejó atrás su modesta vecindad en el Centro Histórico de la CDMX y hoy se da vida de millonario. Los herederos del propio López Obrador, quienes no comparten el gusto de su padre por las guayaberas, son otros que desconocen lo que es la frugalidad. Afortunadamente para los morenistas y sus aliados, en el manual del tabasqueño no aparece ninguna cláusula sobre pasarse de copas. De lo contrario, el diputado federal del PT, Wblester Santiago Pineda, estaría en serios problemas. El legislador, a quien nadie conocía por su trabajo parlamentario, hoy finalmente tiene los reflectores cuando fue captado en estado inconveniente en una plaza comercial de Metepec, gritando “¡Soy el diputado de aquí! mientras agredía a guardias de seguridad y destrozaba bienes ajenos por más de 300 mil pesos. En el mismo ambiente festivo navegó la senadora morenista Simey Olvera, quien supuestamente llegó al salón de sesiones con más entusiasmo que equilibrio. La legisladora tuvo visibles complicaciones para conducir parte de la votación para dispensar trámites. Su caso ilustra perfectamente que la sobriedad, tanto la que se pierde con las copas, como la que exige moderación y mesura, es un concepto desterrado en el Congreso. En el manual del exmandatario tampoco se habló nunca de excesos, como jugar pádel en horarios laborales o ver partidos de futbol en medio de una sesión. Tal vez por eso Cuauhtémoc Blanco o Adán Augusto López les tiene sin cuidado el qué dirán. Al final del día, los mandamientos del tabasqueño resultaron ser como las instrucciones de los muebles que se compran por línea, todos aseguran haberlas leído, nadie las sigue al pie de la letra y el resultado siempre termina mal.   Columnista: Vianey EsquincaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

El evangelio extraviado

2025/12/07 15:06

En algún punto de la historia reciente, Andrés Manuel López Obrador decidió que era buena idea echarse encima una cruz del tamaño de la Pirámide del Sol y poner como pilares de su movimiento el célebre “no mentir, no robar, no traicionar”. Le agregó la austeridad republicana, la justa medianía y 99% de honestidad.

Esta semana, como si el universo político quisiera burlarse del expresidente recién reincorporado a la vida pública, aparecieron evidencias que demuestran que la guía moral del tabasqueño se ha estrellado contra el muro de la realidad, porque los morenistas y sus aliados han decidido que esos mandamientos sean sólo sugerencias de comportamiento.

Sólo por citar los ejemplos más recientes, está el caso de Alex Tonatiuh Márquez Hernández, bautizado en los bajos mundos políticos como Lord Relojes por su envidiable colección de relojes valuada en más de 7 millones de pesos. El funcionario, que se desempeña como director general de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional Aduanas y cuyo trabajo consiste precisamente en perseguir ilícitos e irregularidades, también adquirió un penthouse en Polanco pagando apenas un tercio de su valor comercial, porque eso sí, hay que decirlo, los integrantes del partido en el poder son unos suertudos, cuando no reciben herencias millonarias, logran unos acuerdos de locura o se vuelven exitosos y millonarios en cada negocio que arman, así sea un puesto de tacos. Aunque en México (¡sorpresa, sorpresa!) no hay ninguna investigación en su contra, el gobierno de Estados Unidos ya le canceló la visa.

Por otro lado, la austeridad es un platillo difícil de digerir para ciertos paladares que ya se acostumbraron a la gastronomía gourmet. Está, por citar un par de casos, el diputado Pedro Haces Barba a quien le queda como anillo al dedo la frase de: “muerto antes que sencillo”. También destacan el siempre polémico Gerardo Fernández Noroña que dejó atrás su modesta vecindad en el Centro Histórico de la CDMX y hoy se da vida de millonario. Los herederos del propio López Obrador, quienes no comparten el gusto de su padre por las guayaberas, son otros que desconocen lo que es la frugalidad.

Afortunadamente para los morenistas y sus aliados, en el manual del tabasqueño no aparece ninguna cláusula sobre pasarse de copas. De lo contrario, el diputado federal del PT, Wblester Santiago Pineda, estaría en serios problemas. El legislador, a quien nadie conocía por su trabajo parlamentario, hoy finalmente tiene los reflectores cuando fue captado en estado inconveniente en una plaza comercial de Metepec, gritando “¡Soy el diputado de aquí! mientras agredía a guardias de seguridad y destrozaba bienes ajenos por más de 300 mil pesos.

En el mismo ambiente festivo navegó la senadora morenista Simey Olvera, quien supuestamente llegó al salón de sesiones con más entusiasmo que equilibrio. La legisladora tuvo visibles complicaciones para conducir parte de la votación para dispensar trámites. Su caso ilustra perfectamente que la sobriedad, tanto la que se pierde con las copas, como la que exige moderación y mesura, es un concepto desterrado en el Congreso.

En el manual del exmandatario tampoco se habló nunca de excesos, como jugar pádel en horarios laborales o ver partidos de futbol en medio de una sesión. Tal vez por eso Cuauhtémoc Blanco o Adán Augusto López les tiene sin cuidado el qué dirán.

Al final del día, los mandamientos del tabasqueño resultaron ser como las instrucciones de los muebles que se compran por línea, todos aseguran haberlas leído, nadie las sigue al pie de la letra y el resultado siempre termina mal.

Aviso legal: Los artículos republicados en este sitio provienen de plataformas públicas y se ofrecen únicamente con fines informativos. No reflejan necesariamente la opinión de MEXC. Todos los derechos pertenecen a los autores originales. Si consideras que algún contenido infringe derechos de terceros, comunícate a la dirección service@support.mexc.com para solicitar su eliminación. MEXC no garantiza la exactitud, la integridad ni la actualidad del contenido y no se responsabiliza por acciones tomadas en función de la información proporcionada. El contenido no constituye asesoría financiera, legal ni profesional, ni debe interpretarse como recomendación o respaldo por parte de MEXC.