Llegó la época de los cascabeles, las campanitas y el olor a pino, también la de cierta melcocha que permea las palabras, las acciones compasivas y los regalitos. Nunca como en diciembre, uno se pone a pensar tan seriamente en los vicios y virtudes propias y ajenas frente a los aparadores de las tiendas o las pantallas de los cajeros y las compras en línea, y muchos afirmarían que los bienes materiales nada tienen que ver con esta época piadosa y desprendida, que lo que más importa es lo de adentro y no hay que olvidar que a Jesús lo llamaban el Rey Pobre.Llegó la época de los cascabeles, las campanitas y el olor a pino, también la de cierta melcocha que permea las palabras, las acciones compasivas y los regalitos. Nunca como en diciembre, uno se pone a pensar tan seriamente en los vicios y virtudes propias y ajenas frente a los aparadores de las tiendas o las pantallas de los cajeros y las compras en línea, y muchos afirmarían que los bienes materiales nada tienen que ver con esta época piadosa y desprendida, que lo que más importa es lo de adentro y no hay que olvidar que a Jesús lo llamaban el Rey Pobre.

Ninguna carta para Quetzalcóatl

2025/12/08 10:20

Llegó la época de los cascabeles, las campanitas y el olor a pino, también la de cierta melcocha que permea las palabras, las acciones compasivas y los regalitos. Nunca como en diciembre, uno se pone a pensar tan seriamente en los vicios y virtudes propias y ajenas frente a los aparadores de las tiendas o las pantallas de los cajeros y las compras en línea, y muchos afirmarían que los bienes materiales nada tienen que ver con esta época piadosa y desprendida, que lo que más importa es lo de adentro y no hay que olvidar que a Jesús lo llamaban el Rey Pobre.

Sin embargo, lector querido, puede haber llegado el momento de cuestionar la existencia de ese enorme, escandaloso y rubicundo personaje que, carcajeándose y vestido de rojo, invade los hogares para llevar regalos a los niños. De rechazarlo por su condición de símbolo de la mercadotecnia gringa, ajeno a nuestra raza, indiferente de las tradiciones de los pueblos originarios y muy lejano a la austeridad republicana.

A pesar de que Santa Claus también es un santo, fue obispo de Mira en el siglo VI, hoy es patrono de Rusia, Grecia y Turquía, se le llama indistintamente San Nicolás de Bari o San Nicolás de Mira, todavía resulta ajeno y algo chocante. No importa que le atribuyan milagros admirables al rezarle, ni que el santoral afirme que, a pesar de provenir de una familia pudiente, desde sus primeros años rehusaba golosinas, diversiones y paseos para ir a misa. Tampoco, saber que se ordenó sacerdote muy joven y que al morir sus padres quedó heredero de una inmensa fortuna y, tocado de generosidad, repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio.

Será porque cuando comenzaron sus representaciones gráficas aparecía siempre rodeado de niños, pero ilustrando una historia terrorífica: cuando un criminal asesinó a cuchillo a varios infantes para hacer salchichas y Nicolás, al interceder por ellos, los resucitó, garantizándoles bienestar y prosperidad instantánea. Estará usted de acuerdo, en que aquella hazaña tuvo final feliz, Papá Noel / Santa Claus, no resultaba apto para recibir las cartas y las peticiones de los niños. Todavía peor cuando la comercialización de su figura se convirtió en la marca más redituable de las celebraciones navideñas infantiles y la imagen del más insano refresco de cola.

Sepa usted, lector querido, que tal rechazo no es nuevo. Nuestra historia atestigua que, alguna vez, a nivel gubernamental, México intentó hacer algo al respecto. En 1930, el presidente Pascual Ortiz Rubio, nacionalista a ultranza, giró instrucciones y publicó un decreto para que en las escuelas del país se difundiera una nueva imagen, como icono de las Navidades mexicanas y convocó a un magno evento para el 23 de diciembre. La convocatoria invitaba a toda la población a reunirse en el antiguo Estadio Nacional porque Quetzalcóatl en persona repartiría juguetes a los niños que se hubieran portado bien.

imageEnlace imagen

Pirámide de Quetzalcóatl en el Estadio Nacional.Foto EE: Especial

Fue un escándalo. La prensa reportó que muchos se preguntaban si los regalos serían repartidos por una serpiente emplumada y por qué un dios pagano celebraría junto con los niños el nacimiento de Cristo.

“La sociedad se opuso por completo a la disposición oficial —cuenta Alejandro Rosas en su libro México Bizarro— no por defender al antipático Santa Claus, sino porque la Navidad era una celebración católica”. Sin embargo, hubo otros, como Rubén M. Campos que defendieron la idea y escribió en El Universal: “En estos días se ha desencadenado una tempestad en un vaso de agua por la idea lanzada a todos los vientos por el señor presidente de que se sustituya al viejo Santa Claus por el simbólico Quetzalcóatl. Hay quienes tildan la idea de antirreligiosa o de chocarrera; y ninguno ha justipreciado la idea patriótica de lanzar uno de nuestros más queridos y gloriosos mitos a la veneración y a la popularidad.”

Cuenta la revista México Desconocido que, en el debate, unos y otros se cuestionaban a favor y en contra. Cita a la doctora en Historia del Arte, Itzel Rodríguez Mortellano, cuando en su conferencia ‘El renacimiento posrevolucionario de Quetzalcóatl’, en el XXV Coloquio Internacional de Historia del Arte, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, dijo que “cómo podrían “sentirse identificados los niños mexicanos con un anciano vestido de pieles, señor de un trineo que se desliza sobre la nieve, de claro tipo ‘sajón o ruso’ e ‘inmune al hollín de las chimeneas’” en un país “‘donde sólo existe la nieve en las neverías, donde los hombres visten telas delgadas y caminan a bordo de caballos, automóviles o ferrocarriles, pero jamás en trineos’”.

Finalmente, el decreto de Ortiz Rubio fracasó, pero el magno evento no. El 23 de diciembre de 1930, en el Estadio Nacional, se celebró el primer y último festival en el que Quetzalcóatl recibió a los niños con ropa y juguetes. Los registros oficiales reportaron la asistencia de 15 mil personas. Se cantó el Himno Nacional, se presentaron bailes tradicionales, hubo piñata, dulces típicos y gran algarabía por el evento. Sin embargo, al que decía ser Quetzalcóatl, nadie le creyó su disfraz de serpiente emplumada y ningún niño le entregó una carta.

Aviso legal: Los artículos republicados en este sitio provienen de plataformas públicas y se ofrecen únicamente con fines informativos. No reflejan necesariamente la opinión de MEXC. Todos los derechos pertenecen a los autores originales. Si consideras que algún contenido infringe derechos de terceros, comunícate a la dirección service@support.mexc.com para solicitar su eliminación. MEXC no garantiza la exactitud, la integridad ni la actualidad del contenido y no se responsabiliza por acciones tomadas en función de la información proporcionada. El contenido no constituye asesoría financiera, legal ni profesional, ni debe interpretarse como recomendación o respaldo por parte de MEXC.

También te puede interesar

Por qué el vino más caro de España vale lo que cuesta

Por qué el vino más caro de España vale lo que cuesta

MARICRUZ GONZÁLEZ MAYEntre todos los buscadores de vino que existen en el mercado, hay uno extraordinariamente prestigioso, Wine Searcher, puesto que basa sus rankings en las ventas reales de aquellos vinos que clasifica. En palabras del Master of Wine Pedro Ballesteros, Wine Searcher con sede en Auckland: «Es una especie de laboratorio lleno de monitores que emiten la verdad de la verdad, basado únicamente en las ventas reales en el comercio mundial». Entre los 12 vinos más prestigiosos de España, cuatro pertenecen a bodegas de la Ribera del Duero: Valduero, Vega Sicilia y Pingus, que se reparten el podio de los más caros y prestigiosos de España. Dos de estos cuatro son: Valduero 12 años 2001 y Valduero Lantigua 1991; los otros dos son Vega Sicilia 1968 y Dominio de Pingus 1996. El vino de más alto valor resulta ser Valduero Lantigua 1991. Tras las tres bodegas de Ribera del Duero, aparecen extraordinarios vinos de Rioja, Priorato y Bierzo.   Yolanda García Viadero, consejera de Bodegas Valduero, es una de las creadoras más reputadas que evalúa su Valduero Lantigua 1991 como un verdadero lujo. Lo describe como un extraordinario viaje en el tiempo. Es un vino con 33 años de antigüedad que milagrosamente está vivo y resulta un placer para los sentidos. Según ella: «No se trata de decir que un vino es el más caro de un país, sino de que haya coleccionistas que así lo consideren y paguen por él». Valduero, añade Yolanda, tiene una pasión: hacer vinos artesanales y convertir cada botella en una obra de arte. Nuestro éxito reside en la búsqueda incansable de la excelencia, nuestro lema es ciertamente agitador: «En la vida no hay que intentarlo, hay que conseguirlo, y por muy alta que sea la meta hay que creer en ello, pensando siempre en conseguirlo.» No se trata de decir que un vino es el más caro de un país, sino de que haya coleccionistas que así lo consideren y paguen por él Yolanda García Viadero Consejera de Bodegas Valduero La naturaleza hace el resto, y la suerte acudió a su encuentro: "A la hora de elegir el terreno, la tierra donde caímos, en Ribera del Duero, es el epicentro de los mejores viñedos en la mejor zona para crear los mejores vinos. Y luego está el hábito de buscar la perfección. Somos perfeccionistas, y eso nos acerca a la excelencia". Valduero Lantigua Valduero Lantigua responde a lo que sugiere su apellido. Es exactamente eso, antiguas añadas, botellas muy especiales que Yolanda García Viadero ha ido guardando en el botellero familiar durante todos estos años. «Realmente es una representación de la Ribera de Duero más longeva», asegura. «Añadas que tienen entre 25 y 30 años, lo que quiere decir que han estado dentro de la botella durante 15, 18 años, al menos». Según ella, cuando el amante del vino abre una de estas botellas, realmente está oliendo y degustando el tiempo que encierra un excelente vino. «Es algo muy exclusivo, algo que no hay, que no te puedes encontrar. ¿Quién ha guardado tanto tiempo una o varias botellas en un botellero? Son vinos que están presentes, que guardan sus características primigenias y se han ido transformando para dar un vino sutil, elegante y que asombra, porque todavía mantiene indiscutiblemente las características de un Ribera de Duero excelente», explica. Añadas que tienen entre 25 y 30 años, lo que quiere decir que han estado dentro de la botella durante 15, 18 años, al menos"Yolanda García Viadero Consejera de Bodegas Valduero Por supuesto, todo eso tiene un valor. Que aquellas uvas vendimiadas en 1991, por ejemplo, se hayan convertido en vino, y que ese vino haya perdurado durante todos estos años, 32 años, «realmente es algo excepcional, y por eso tiene ese valor, porque es excepcional y escaso». Valduero por el mundo Yolanda también habla de su Valduero 12 años, que, en varias añadas, ha llamado la atención internacionalmente. Valduero 12 años 2001 (2º mejor vino del mundo, Fine 2022 y Valduero 12 años 2004, 99 puntos WE, USA 2024). «Este vino es la cumbre de una idea», resume Yolanda García, y cuenta el proceso de selección y elaboración: «Dentro de un mismo viñedo hay zonas muy particulares cada año, y en esa zona tan particular (apenas media hectárea por viñedo), se marcan los individuos, las plantas y dentro de las plantas, los racimos. Seleccionamos dos de cada cepa, para hacerlo todo manualmente. Es un vino que no toca máquina alguna». Y añade que «esa elección de la uva, tan pormenorizada, planta por planta, racimo por racimo, da un resultado bárbaro, que roza la excelencia. Yo creo que Pedro Ballesteros se dio cuenta: cuando haces algo muy bueno se aprecia, y si eres un master of wine como él, con más motivo». Pero, según Yolanda, "si cualquier persona sin conocimiento del vino tiene la oportunidad de probar un 12 años, se da cuenta que está ante a otra dimensión de vino. Y pone el foco en los coleccionistas. Si, además se puede quedar con alguna botella en casa para ir viendo su evolución ya es el éxtasis, es una maravilla". Bodegas Valduero es pionera del vino hecho «a mano», y Yolanda García Viadero, la principal precursora de esta técnica. «Cuando la mente del ser humano se alía con una fuerte voluntad y además hay unas manos y una atención personal constantes, el resultado es excelente», explica. «Creo absolutamente en lo hecho a mano: significa seguir una idea y un camino de perfección y eso se hace también con la emoción. Ahí, justamente en el hecho a mano está la idea, la emoción, el trabajo, la artesanía, el esfuerzo. Sí, yo creo en todo eso frente a un mundo absolutamente digitalizado como el de hoy. El ser humano es el creador del arte, es el creador de las cosas realmente excepcionales, excelentes». En Mexico, estos vinos se encuentran en manos de la excelente importadora  GRUPO CAL y pueden encontrarlo en la web de Epicureos. Contenidos Relacionados: Dos de las mejores voces del mundo ingresan en la Membresía La Tenada de Valduero
Compartir
Excelsior2025/12/10 03:18
Navidad: dónde sacarse fotos con Papá Noel en Córdoba

Navidad: dónde sacarse fotos con Papá Noel en Córdoba

Navidad: dónde sacarse fotos con Papá Noel en Córdoba
Compartir
Lanacion2025/12/10 02:56