Superdry confirma apertura en Buenos Aires y plan de expansión regional hacia siete países

Emilio White y Tomás Thibaud proponen experiencias únicas

Juan Carlos TalaveraLa Petite messe solennelle (Pequeña misa solemne) de Gioachino Rossini es como la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel, una obra de arte absoluta a la que hay que respetar cuando llevamos al escenario, dice a Excélsior Salvatore Caputo, director de coro italiano que viajará a México para interpretar esta obra el 18 de diciembre, a las 20:00 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. “Es una gran ópera lírica-sacra que Rossini compuso en 1863 y que fue su última gran obra, con la que quiso despedirse de la música. Además, es una de las misas más exigentes que se puede hacer con coro”, asegura Caputo, actual director de coro de la Ópera Nacional de Burdeos y director invitado del Centro Nacional de las Artes de Pekín. ¿Qué tan demandante es esta obra?, se pregunta a Caputo. “Demanda una gran atención vocal para los artistas y, sobre todo, mucha concentración, porque tiene todo lo que es difícil en el canto coral, como las fugas, que son complicadas, muy virtuosísticas y tiene momentos a capella, como siempre en la música italiana, porque los músicos italianos como Verdi, Donizetti y Rossini, cuando escriben música sacra, tienen el modelo de (Giovanni) Palestrina”. ¿Fue la última obra del compositor? “Fue el testamento de un músico que guardó silencio por muchos años, que terminó de escribir su última ópera Guillermo Tell, en 1829, y guardaría silencio durante los siguientes 30 años. Escribió algunos Stabat Mater, en Bolonia, pero de pronto apareció con esta obra. Todo mundo sabía que Rossini era un gran músico, pero para cuando escribe la Petite messe solennelle ya no se tocaba su música, así que fue un shock en París, porque era como reafirmar que estaba vivo y que era el gran músico que la historia afirmaba”. ¿Qué tan cercana es al público de nuestro tiempo? “Estamos en una época de guerra. No sé en México, pero en Europa los tambores de guerra suenan fuerte y esta misa termina con Dona nobis pacem (danos la paz) y con un aria emotiva con un sentido de tristeza, donde el coro contesta con música a capella diciendo que necesitamos paz y reconciliación, lo cual es bastante actual. “Además, es música muy melódica que le gusta a los jóvenes y es una obra que llega al corazón, porque Rossini es un músico inmortal que logró hacer melodías hace 200 años que aún movilizan nuestra capacidad de escuchar”. Salvatore Caputo dirigirá Petite messe solennelle –estrenada el 14 de marzo de 1864 en la capilla del Hôtel de Madame Louise, condesa de Pillet-Will– con el Coro del Teatro de Bellas Artes, así como las sopranos Sandra Villagra y Diana Mata; las contraltos Tatiana Burgos y Celene Villeda y los tenores Héctor Coyol y Ángel Ruz.   Los cantantes: Participarán en la Petite messe solennelle Sandra Villagra, Diana Mata, Tatiana Burgos, Celene Villeda, Héctor Coyol, Ángel Ruz, César Becerra y Ricardo López.   cva   Contenidos Relacionados: INBAL reconoce a Alejandro Jodorowsky con la Medalla Bellas Artes 2025Giselle regresa al Palacio de Bellas Artes: fechas, boletos y elenco 2025Ovación de un par de minutos: triunfó Nadine Sierra en Bellas Artes

La Inestabilidad del Mercado de Bitcoin: Un Llamado a la Reflexión La reciente disminución de las proyecciones de crecimiento del Bitcoin, la criptomoneda más reconocida del mundo, ha encendido las alarmas entre inversores y analistas financieros. En un entorno donde las expectativas son la norma y el optimismo impera, es vital pararse un momento y […]